Hace poco, mientras almorzábamos, el profesor Ronald Hutton compartió conmigo su suposición de que la idea de H.P. Lovecraft del Necronomicón probablemente surgió del manuscrito árabe Gayat al Hakim, que más tarde apareció en latín como Picatrix. El Gayat al Hakim / Picatrix muestra la fuerte influencia de la magia egipcia en el neoplatonismo y el hermetismo conduciendo a ciertas concepciones de la Teúrgia Planetaria, que luego aparecerán de manera explícita en los grimorios medievales y renacentistas.
La idea de un grimorio que tiene como su autor a Abdul Alhazred, el “árabe loco”, encaja bastante bien con el Gayat o sus derivados y pueden haber inspirado las historias de los Mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft, o al menos su idea del Necronomicón.
La Magia planetaria o la religión planetaria parece haber comenzado en las culturas clásicas helénicas, cuando los antiguos griegos y romanos relacionaron a algunos de sus dioses y diosas con los planetas del sistema solar, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno y la Luna, aunque los inicios de esta idea aparecen en la cultura babilónica. [N. de la T.: ver apéndice 1]
Cuando las religiones clásicas declinaron y terminaron decayendo en el monoteísmo, la idea de los poderes planetarios o ánimas sobrevivió en el gnosticismo, reapareciendo éstos como Arcontes, entidades atribuidas a los distintos planetas que el aspirante a gnóstico tenía que dominar para lograr el progreso espiritual. Algunos gnósticos entendían a los Arcontes como entidades malignas, dispuestas a entorpecer su camino de retorno hacia la divinidad [N. de la T.: ver apéndice 2]. En los grimorios medievales también encontramos el concepto de las inteligencias relacionadas con los planetas, a las que se les atribuye un matiz maligno. Ideas que podrían haber dado origen al mítico Necronomicón, después de todo su título hace referencia a los dioses muertos o quizás, olvidados.
Con el tiempo, las ideas del hermetismo, del neoplatonismo, del paganismo clásico, del “monoteísmo pagano" [N. de la T.: ver apéndice 3], del gnosticismo, de grimorios medievales y renacentistas, junto a una forma tardía de la Kábala, (más una pizca de espiritualidad oriental, aportada por el colonialismo), terminaron formando, a finales del siglo XIX, una gran síntesis que podríamos llamar "El Modelo Estándar de la Magia” forjada por los adeptos de la Golden Dawn (y principalmente Mac Gregor Mathers, al parecer).
De esta síntesis viene la mayor parte de la teoría y tecnología mágica con la que se han construido tradiciones tales como Thelema, Wicca, el neo-paganismo, el neo-druidismo, la Magia del Caos, y de hecho la mayoría de los componentes esotéricos del movimiento de la Nueva Era, en el segundo “renacimiento ocultista” que se ha dado a partir de las tres últimas décadas del siglo XX.
En contraposición con el monoteísmo, que parece en declive y las cada vez más imperantes opiniones científicas de corte mecanicista y materialista de finales de los siglos XIX y XX, este nuevo esoterismo empieza a ver a sus "deidades” no como creadores cósmicos todopoderosos, sino como arquetipos de “formas divinas” que representan a escala las habilidades y aspiraciones humanas. También, como “espíritus” derivados fundamentales de nuestras actividades, de los seres vivos y de los fenómenos naturales, en vez de lo que los estudiosos de este tipo de fenómenos postula. Por lo tanto la magia se convirtió en el nuevo arte y la ciencia de la teúrgia; creando "espíritus" y "formas divinas”, (o arquetipos del subconsciente y habilidades parapsicológicas), según fuesen necesarios.
Así, la invocación, evocación, adivinación, encantamiento, e iluminación planificada vinieron a sustituir a las prácticas religiosas como la oración, la adoración o la súplica, y los modelos parapsicológicos semi-mecanicistas de los fenómenos aparentemente mágicos llevaron a aumentar el desarrollo de paradigma científico "duro".
Las técnicas básicas llevaron a la promulgación ritual el dibujo de diversos signos y símbolos místicos, el encantamiento, la visualización y los estados alterados de conciencia por diversos medios fisiológicos, a los cuales Crowley –cómo no- añadió el sexo y las drogas.
Más tarde la Magia del Caos agregó una batería adicional de técnicas de alteración de la conciencia basada en numerosas fuentes y la teoría de que lo sacramental, la santidad y su significado dependen totalmente de la elección del operador, en lugar de los anteriores modelos históricos o espirituales, definiendo así la creencia como una herramienta y no como un fin en sí mismo.
Tal vez el acontecimiento más importante del segundo renacimiento mágico reside en la creencia de que se puede utilizar cualquier simbolismo que te guste, sea antiguo o actual, real o imaginario, para escribir tus propios rituales y conjuros, sabiendo que éstos tendrán efectos mágicos siempre que se haya utilizado la técnica de manera adecuada, los estados alterados de conciencia y algunas artimañas mentales. Este desarrollo laico está implícito en la síntesis desarrollada por los adeptos de la Golden Dawn, aunque intentaron ocultarlo atribuyendo sus creaciones a ciertos “jefes secretos". Esto se convirtió en algo totalmente explícito sólo en el segundo renacimiento mágico bajo la égida de la Magia del Caos, donde las técnicas prácticas asumieron importancia primaria y las representaciones simbólicas de la antigüedad quedaron consideradas como simples alternativas de posible elección.
En lugar de adoptar cualquier panteón ancestral o antiguo particular, la Magia del Caos construyó simplemente un colorido psicocosmos codificado en base a la intención mágica:
Este esquema funciona bien como una modificación del árbol de la vida de la Kábala, realizado por la GD, excepto porque las esferas no se encuentran en una jerarquía, sino más bien en una mesa redonda de igualdad con la posibilidad de combinar los arquetipos para las entidades menos directas, por ejemplo la recientemente revivida diosa Eris podría aparecer como que tiene características de color rojo púrpura, que podemos utilizar para estructurar una Invocación. Odín es otro ejemplo; aunque no equivale muy bien a una sola esfera de acuerdo con las consideraciones kabalísticas clásicas.
En una iniciativa en Internet, el “Arcanorium College”, (www.arcanoriumcollege.com), tenemos un proyecto en curso para crear lo que hemos denominado provisionalmente Los Portales del Caos, un grimorio gráfico. Este consistirá en un conjunto de tarjetas con imágenes infográficas intercambiables que el mago puede utilizar para la invocación, evocación, encantamiento e iluminación, así como sólo para la adivinación.
Se parecen un poco a un tarot convencional, contando con 8 formas divinas principales y con “espíritus” planetarios e inteligencias asociadas, así como con 28 Dioses y Diosas representando atributos combinados correspondientes a diversos tipos de personalidad, asociados a deidades de varios panteones paganos y algunos otros intentos mágicos.
Además, probablemente tendrá una serie de cartas de predicción y anticipación de sucesos azarosos para poder emplearse en la adivinación o en la utilización en ciertos tipos de encantamiento.
También hemos elegido las cinco grandes entidades del Necronomicón; Cthulhu, Nyarlathotep, Shub-Niggurath y Yog-Sothoth para representar varios fenómenos a escala cósmica, como panspermia panpsíquica, dimensiones alternas, conocimiento arcano de los campos mórficos y demás.
Por lo tanto, si nuestro objetivo es crear un Set de Trabajo Mágico del Arte, con aplicaciones prácticas útiles, entonces tal vez logremos continuar con una tradición muy antigua. Todos los grimorios aparecen como objetivamente 'falsos', incluyendo los imaginarios como el fabuloso Necronomicón, porque las deidades y monstruos en ellos presentes provienen de la unión de trozos de nuestra propia psiquis con la mitología. Sin embargo, pueden tener un poder psicológico y parapsicológico real para nosotros. Tal vez entonces debamos considerar a los grimorios en general como “Herramientas para el Arte”, como una analogía conveniente en vez de entenderlos como mapas que revelan la increíble complejidad de la cartografía de nuestra propia mente.
Con la realización de Los Portales nuestro objetivo es dar todo lo que tenemos, incluyendo la asistencia de un excelente equipo de diseño gráfico, confiando en mejorar el Picatrix y las ideas del Necronomicón, sin por ello dejar de reconocerlos como precursores de una tradición histórico-artística del pensamiento mágico.
Nota a la nueva versión 2.0 de la Copa Mágica: Después de una intensa lucha metafísica de quince días se me ocurrió que un cáliz puede funcionar como un dispositivo para estimular la imaginación, en lugar de imponer una estructura en la percepción, y de ahí su nuevo diseño estocástico.
Breve descripción de The Epoch
The Epoch es una obra que contiene varios elementos a analizar. Una parte, el Esotericón, cuenta con tres grimorios, divinidades tradicionales y algunas menos conocidas, todas perfectamente ilustradas y descritas, una “actualización” del Necronomicón, instrucciones detalladas para el trabajo con los Antiguos Dioses -sólo para magos de gran experiencia-, más capítulos adicionales sobre la historia del Tarot, el desarrollo de las deidades con el tiempo y algo de física cuántica. La otra parte, Los Portales del Caos, es un conjunto de 54 cartas maravillosamente ilustradas, que el practicante podrá implementar para sus operaciones mágicas.
La idea detrás de The Epoch es presentar una nueva síntesis del pensamiento y la práctica mágica, un paradigma innovador que incorpora deidades y conceptos antiguos, recientes y un toque de nuevos dioses. Panteones de varias religiones mundiales se encuentran presentes, al mejor estilo de la Magia del Caos, con un sólido núcleo de investigación y conocimiento, revelando el increíble potencial y la imaginación de Carroll.
Las cartas Portales del Caos deparan interesantes sorpresas; más allá de la fuerza de sus ilustraciones, abren todo un abanico de posibilidades mágicas, que se enseñan a explotar en el libro, el Esotericón. Se pueden encontrar todos los personajes esperados, e incluso varios “inesperados”.
Apéndices
Tabla 1: Dioses planetarios babilónicos y sus equivalentes griegos y romanos
Planeta |
Babilónico |
Griego |
Romano |
Saturno |
Ninib (Ninurta) |
Kronos |
Saturno |
Júpiter |
Marduk |
Zeus |
Júpiter |
Marte |
Nergal |
Ares |
Marte |
Venus |
Ishtar |
Afrodita |
Venus |
Mercurio |
Nabu |
Hermes |
Mercurio |
Luna |
Sin |
Artemis |
Diana |
Sol |
Shamash |
Apolo |
Apolo |
Extracto de: “Doce Dioses y Siete Planetas” por Ken Gillman – traducción de Joanna Murdoch –
Traducido por Astrid Griesser
Imagen de cabecera obtenida de http://scrollofthoth.com/
Fuentes
Extraído de “Pensamientos” Un breve ensayo sobre los orígenes de algunas ideas esotéricas contemporáneas, por Peter Carroll.
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