Habitantes del Caos

Una Perspectiva Postmoderna sobre Espíritus Elementales, por Anton Channing


La mayoría de los magos contemporáneos y aquellos con derroteros paganos han trabajado con alguna clase de espíritus elementales, ya sean los clásicos elementales de Tierra, Aire, Fuego y Agua, o espíritus de algún otro sistema de clasificación elemental. Esto puede haber sido simplemente convocándolos como guardianes de los cuatro puntos cardinales, lo que es común en muchas sendas del paganismo y la magia ritual, o pudo haber implicado una evocación auténtica o hasta una invocación del espíritu competente. O pudo no haber consistido en un ritual oficial en absoluto, ciertamente algunas de la percepciones más sorprendente de los espíritus elementales de la naturaleza pueden ocurrir fuera de cualquier ritual o intento mágico.

"Creo en hadas. Llámales como quieras, creo que los espíritus de las cosas naturales, y algunas cosas que a primera vista no parecen tan naturales, existen más allá de si elegimos creer en ellos o no. Estos espíritus elementales son una parte de nuestro mundo que no podemos darnos el lujo de ignorar o descartar si tenemos que comprender nuestra naturaleza mágica, o aquello que nos atrae hacia del mundo de la magia".
- Jaq D Hawkins.

 

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Los espíritus elementales son muy reales y pueden ser muy poderosos en la magia, a pesar de esto existe entre ciertos grupos de magos contemporáneos una aversión a hacer uso de ellos, especialmente en aquellas tradiciones mágicas que exhiben una metodología científica. Al mismo tiempo que muchos grupos paganos continúan llamando a los elementales por los nombres de ''Gnomos'', ''Ondinas'', ''Sílfides'' y ''Salamandras'' como si estos sean sus únicos nombres o formas verdaderas. Esto a pesar del hecho de que estos nombres fueron popularizados por Paracelso (1493-1541) hace quinientos años atrás. Junto a estos nombres, la teoría y concepción literal de lo que estos espíritus son, parece remontarse a aquella sumamente monoteísta era.

Esto podría explicar la tendencia de muchos magos de ignorar a los espíritus elementales, pero en realidad lo que no hace es explicar por qué nadie (que yo sepa) ha tratado de definirlos desde una perspectiva post modernista. Peter J. Carroll ha tratado de renombrar los cuatro elementos para que correspondan con las teorías Físicas modernas, renombrando a la Tierra como Masa, el Agua como el Tiempo, el Aire como Espacio y al Fuego como Energía. A la materia, la cual es sólo alguna vez vista en uno de estos cuatro estados, Carroll la considera equivalente a la Quintaesencia o Éter. Aunque esta teoría puede presentar alguna especulación filosófica interesante, no resulta ser tan útil como los antiguos elementos para proveer un armazón para tener tratos con los espíritus naturales. Prefiero pensar acerca de los elementos de Carroll como denotando una 'orden inferior' de la manifestación de los elementos. Por ' inferior ' quiero decir una escala más pequeña de existencia.

Dos conceptos permiten un acercamiento más terrenal al problema. El primero propone que los espíritus son de hecho sub-componentes de nuestras mentes y la subconsciencia, como es explicado por Nathaniel O. Xanthe. La segunda teoría viene de Ramsey Dukes y sus escrituras relacionadas a "la Paradoja de Johnstone". La paradoja de Johnstone propone que si la tecnología avanzara un día a un nivel capaz de modelar una 'realidad' creíble en una computadora, poblada con inteligencia artificial, ¿cómo haríamos para saber que nosotros mismos no somos también inteligencia artificial en una minuciosa 'realidad modelada' en una computadora? En realidad no tenemos que creer que éste sea el caso a fin de concebir nuestro universo como siendo 'descrito' por algún tipo de "información'', y ciertamente muchas de las últimas teorías científicas están sugiriendo que esto de hecho puede ser el caso. Cosas tales como los ríos, los océanos, los vientos, montañas, árboles, terremotos, el fuego, los planetas, los asteroides y las estrellas todas necesitan ser descritos por esta información.

La información describiendo un río, ya sea en una realidad de computadora o la nuestra, debe contener millones de millones de cálculos cada micro-segundo para que el río exhiba un comportamiento de "Atractor Extraño" (un Atractor Extraño es un equilibrio dinámico y caótico que nunca se repite exactamente pero que permanece dentro de los límites calculables) con una complejidad comparable a, si no más grande que, la mente humana. En este sentido el río puede ser considerado una inteligencia extraña y poderosa, un espíritu elemental, si bien una muchísimo mas extraña que la nuestra. Los espíritus de un lago, un estanque pequeño o un océano, a pesar de que todos están hechos de agua, exhiben comportamientos muy diferentes. Éste es en parte el resultado del patrón único formado por un atractor extraño de la masa de agua y en parte un resultado de sus alrededores únicos.

De la misma forma que podemos ver los movimientos del aire y fuego exhibiendo sus propiedades de atractor extraño, hasta las interacciones de las partículas en la tierra se resuelven a sí mismas a través de millones de cálculos, que aunque en la mayoría de los casos muy lentamente, interactúan unas con otras (y con los otros elementos) para dar forma a los guijarros, las piedras, los peñascos, las colinas, las montañas y a continentes enteros.
Ok, este modelo ''computacional'' de espíritus está muy bien, pero ¿cómo podemos relacionarnos y comunicarnos con tan extraños y alienígenos seres, tan diferentes de nosotros mismos? Una respuesta posible proviene de las ideas de Xanthe acerca de las cooperantes, en oposición y coexistentes personalidades, emociones, interrelaciones y procesos de nuestras mentes.

En muchas ocasiones, me he sentado a la orilla de un río no muy grande cerca de mi casa, y varias veces esto me ha provocado una gran variedad de sentimientos, emociones y sensaciones. Usualmente la primera reacción es un apaciguamiento y sosegamiento de mi mente, metiéndome en un estado espontáneo de arrobo como si mi mente imitara los movimientos metódicos del agua. Entonces a medida que mi mente absorta comienza a modelar y por consiguiente reproducir los movimientos (o sea mi mente subconsciente hará los cálculos que se aproximen el comportamiento del río) del agua, comienzo a percibir una visión de mí mismo sumergido en el agua. Esto a menudo se manifestará en miedo y presentimiento y una sensación de que el agua me ''llama'', invitándome a ahogarme en sus profundidades. En ocasiones he entrado en el trance accidentalmente, y en tales ocasiones el sentimiento de ahogamiento me conmocionó y llevó de regreso a la conciencia despierta normal. El trance comúnmente regresaría de modo natural en un plazo de un minuto o dos. Los estados más profundos de conciencia pueden ser obtenidos con buena relajación y deliberado intento.

Cuanto mas veces uno hace esto, con más fuerza el modelo del río en la mente comienza a convertirse en una característica permanente de la subconsciencia. Es también posible que el modelo en la mente exhiba un vínculo psíquico con el espíritu real del río, produciendo un vínculo mágico del río directamente a la subconsciencia del mago. De este modo el río puede hablar con nosotros, y ya que parte del espíritu del agua en este caso es nuestra propia mente, puede asumir las características de un humano, explicando de esa manera por qué a menudo ''vemos'' espíritus del agua (o cualquier clase de espíritu) en una forma antropomorfizada. Este espíritu del agua es muy propenso a ser tan curioso de nosotros como nosotros lo somos de él, e intentará invitarte a entrar al agua. El río no entenderá que esto te puede lastimar, así es que recuerda que aunque pueda parecer que quiere ahogarte, habitualmente sus intenciones son solamente de contacto. Un espíritu de agua usualmente no comprende el concepto de ''muerte'', lo cual es una conciencia particularmente animal. Esta falta de comprensión de la muerte es una de las cosas que pueden hacer que todos los espíritus elementales sean muy peligrosos. Con esta terrible advertencia en mente, uno debería ser consciente de que algunas masas de agua sean realmente seguras para entrar en ellas, aunque el trance no puede ser el mejor estado mental para la seguridad en el agua.

Se me ocurre que a un nivel más profundo de la mente yace probablemente un conocimiento innato de lo que una extensión de agua nos podría hacer. La mayoría de los animales no instintivamente nadadores evitan las grandes extensiones de agua, sugiriendo que la reacción está firmemente arraigada en el cerebro. De modo semejante reaccionamos al calor del fuego, el olor de vapores desagradables, o atractivos. La solidez de la tierra puede ser detectada con los ojos además de con los pies. Algunas de estas cosas son aprendidas, y algunas son genéticamente parte de nuestra mente reptil y mamífera. Todas estas cosas pueden combinarse para dar forma los espíritus elementales que contactamos a través de nuestra magia.

Para realmente comprender a los espíritus elementales lo mejor es invocarlos en un estado de trance. Esto puede hacerse más eficazmente en las cercanías de una fuente del elemento que tú quieras contactar, como una hoguera, una roca, un estanque o una columna de humo de incienso. Jan Fries describe técnicas para contactar espíritus de varios tótemes animales y ''convertirse'' en ellos, y éstas técnicas pueden ser útilmente aplicadas a los espíritus elementales también. Si uno se ''vuelve'' un elemental del fuego es posible que uno se ponga a bailar salvajemente en el sitio, y produzca altos sonidos crepitantes y crujientes. Conviértete en aire y seras propenso a bailar más graciosamente, más libremente, susurrar, soltando risitas, y cambiando el andar. Incluso puedes dar vueltas o hasta puedes tener la impresión de que vuelas. Conviértete en agua y podrás sentirte más somnoliento o como arrobado. Tus movimientos serán más mansos y tu voz suave, siseando susurros profundos, o pueden ser más violentos si contactas una cascada o un océano tempestuoso. La tierra es propensa a estar muy quieta y/o con lentos movimientos, y hablará con sonidos muy profundos, refunfuñará, gemirá y hará ruidos sordos. El movimiento puede ser muy pesado y deliberado. Esto puede explicar por qué a menudo los enanos y los gnomos son mostrados como hombres gruñones, viejos y barbudos.

Una vez que hayas ganado experiencia con los mundos de los elementos, se formarán dentro de tu subconsciente conexiones con estos elementos y comenzarás a percibirlos por todas partes. No tiene importancia si estás en un área natural o en un ambiente muy urbano. Una ciudad a primera vista parecerá construida en su mayor parte de tierra, pero las calles con edificios altos pueden convertirse en un refugio para danzar y formar remolinos elementales de aire. Las cunetas, los tubos de desagüe, las alcantarillas, las cañerías de agua fresca, los estanques y nuestros baños, duchas e inodoros todo provee un complejo sistema para viajar hacia el agua. Una red de electricidad puede ser considerada como un estado altamente refinado de la energía del fuego, y la mayor parte de nosotros tenemos que calentar nuestras casas en algún momento, y tener una fuente de calor para cocinar nuestra comida. Los combustibles fósiles están ya quemados para abastecer una gran parte de nuestras necesidades de electricidad y los reactores nucleares son en esencia simplemente hornos grandes con un combustible muy peligroso.

No es mi intención en este ensayo hacer parecer a la magia como algo científico, esto serviría tan solo para rebajar la magia en nuestras vidas, sino que más bien para darnos la habilidad de disfrutar más libremente las ideas mágicas sin tener que sacrificar nuestras capacidades intelectuales de razonamiento. Así es que la próxima vez que veas una corriente de aire abriendo y cerrando una puerta, no necesitarás descartar el hecho como que es "tan solo el viento". En cambio puedes declarar que es ''simplemente un elemental del aire'' y sentirte seguro de que no padeces de falsas ilusiones, sino que posees el conocimiento de que los movimientos del aire son un producto de cálculos tan complejos, si no más, que tu propia mente.

 

Referencias:

 - Spirits of the Elements series comprising Spirits of the Earth, Spirits of the Water, Spirits of the Air, and Spirits of the Fire, Jaq D Hawkins, Capall Bann (1999)

 - A History of Alchemy, Serge Hutin. Tower Publications translated from the French L'Alchimie, Presses Universitaires de France (1951)

 - Liber Kaos, Peter J Carroll, Samuel Weiser ( 1992 )

 - Psychodenizens. Nathaniel O Xanthe, self-published booklet ( 1994 )

 - Words made Flesh - Ramsey Dukes, The Mouse That Spins ( 1988 )

 - Visual Magick - Jan Fries, Mandrake of Oxford ( 1992 ). N. del E.: existe ya edición en español, como Magia K Visual, Noctiluca. 2003.

 


Fuentes

Por Anton Channing, originalmente publicado en Zona de Caos, traducido por Kaosmos.


Enviado por: Frater Organ

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Elementales paradigmas


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